viernes, 4 de abril de 2014

LOS PRIMEROS LIBROS DE TEXTO


En un solo volumen se resumía todo lo que hoy estudian nuestros escolares en una decena de espesos textos.

El Catón de los niños, editado por el famoso Saturnino Calleja fue uno de esos manuales que allá por los años 30 sirvió para que nuestros abuelos aprendiesen a leer. Bajo el lema de "instruir deleitando" utilizaba un ameno y vistoso sistema iconográfico que facilitaba a los pequeños el aprendizaje de la lectura.

Similar al catón de Calleja fue el Primer Libro, obra del profesor Joaquín Pla Gargol, editado allá por 1950, por Dalmáu Carles. Se usó como manual de introducción al arte de leer de muchos mayores, con clásicas construcciones silábicas como: Amo a mi mamá-Mimo a mi mamá y Mi mamá me ama. Entre sus objetivos didácticos figuraba además desarrollar la atención, la observación y las primeras nociones de cálculo.

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